Philip Mullaly, un entusiasta buscador de fósiles, estaba caminando por la playa surfera de Jan Juc, en el estado de Victoria, al sureste de Australia, cuando percibió "un destello brillante en una piedra", en sus propias palabras, e inmediatamente supo que era "un hallazgo importante que tenía que ser compartido con la gente". Mullaly encontró un conjunto extraordinario de dientes de tiburón, de un escualo que podía superar los 9 metros de largo, casi el doble de tamaño del tiburón blanco actual. Los dientes hallados por Mullaly, de hasta 7 centímetros de largo, pertenecieron a una especie de tiburón megadentado ya extinto: Carcharocles angustidens, que dominó los antiguos mares hace unos 25 millones de años, a finales del Oligoceno; un depredador, superior al resto, que debió de alimentarse de ballenas pequeñas, según revela la organización Museos Victoria en un comunicado.
Casi todos los fósiles de tiburón que se encuentran por el mundo consisten en dientes individuales y por eso resulta excepcional hallar múltiples dientes asociados de un mismo tiburón. Los tiburones, que tienen la habilidad de regenerar sus dientes, pueden perder un diente por día, por lo que encontrar varios dientes de una misma mandíbula no es algo habitual. "Estos dientes tienen una importancia internacional, pues representan una de sólo tres agrupaciones asociadas de dientes de Carcharocles angustidens en el mundo, y el primer conjunto descubierto en Australia", declara Erich Fitzgerald, conservador principal de Paleontología de Vertebrados en los Museos Victoria. Mullaly ha donado el conjunto de dientes ha esta organización pública situada en Melbourne.
En diciembre de 2017 y en enero de 2018, Fitzgerald dirigió a un equipo de paleontólogos y voluntarios, entre ellos Mullaly, y se realizaron unas excavaciones en el lugar del hallazgo. Lidiando con el calor del verano y con poco tiempo diario para acceder al sitio con la marea baja, el equipo paleontológico encontró más de 40 dientes, entre ellos varios dientes de un tiburón más pequeño, del género Hexanchus, que todavía vive frente a la costa del estado de Victoria. Estos dientes, procedentes de varios individuos del género Hexanchus, se desprendieron de las mandíbulas de los tiburones mientras devoraban el enorme cadáver del Carcharocles angustidens una vez muerto, según sostiene Tim Ziegler, un paleontólogo de los Museos Victoria. "Los dientes de estos tiburones funcionan como una sierra y desgarraron al Carcharocles angustidens como unos leñadores talando un árbol. El hedor a sangre y la carne descompuesta debieron de atraer a los carroñeros desde muy lejos", expresa Ziegler. "El hallazgo sugiere que estos tiburones han mantenido el mismo estilo de vida durante decenas de millones de años", añade.
Noticia sacada de National Geographic
El Carcharocles angustidens tenía casi el doble de tamaño del tiburón blanco actual, el Carcharodon carcharias. |
Casi todos los fósiles de tiburón que se encuentran por el mundo consisten en dientes individuales y por eso resulta excepcional hallar múltiples dientes asociados de un mismo tiburón. Los tiburones, que tienen la habilidad de regenerar sus dientes, pueden perder un diente por día, por lo que encontrar varios dientes de una misma mandíbula no es algo habitual. "Estos dientes tienen una importancia internacional, pues representan una de sólo tres agrupaciones asociadas de dientes de Carcharocles angustidens en el mundo, y el primer conjunto descubierto en Australia", declara Erich Fitzgerald, conservador principal de Paleontología de Vertebrados en los Museos Victoria. Mullaly ha donado el conjunto de dientes ha esta organización pública situada en Melbourne.
Dientes fósiles de Carcharocles angustidens, hallados en la playa sufera de Jan Juc, en el estado de Victoria, al sureste de Australia. |
En diciembre de 2017 y en enero de 2018, Fitzgerald dirigió a un equipo de paleontólogos y voluntarios, entre ellos Mullaly, y se realizaron unas excavaciones en el lugar del hallazgo. Lidiando con el calor del verano y con poco tiempo diario para acceder al sitio con la marea baja, el equipo paleontológico encontró más de 40 dientes, entre ellos varios dientes de un tiburón más pequeño, del género Hexanchus, que todavía vive frente a la costa del estado de Victoria. Estos dientes, procedentes de varios individuos del género Hexanchus, se desprendieron de las mandíbulas de los tiburones mientras devoraban el enorme cadáver del Carcharocles angustidens una vez muerto, según sostiene Tim Ziegler, un paleontólogo de los Museos Victoria. "Los dientes de estos tiburones funcionan como una sierra y desgarraron al Carcharocles angustidens como unos leñadores talando un árbol. El hedor a sangre y la carne descompuesta debieron de atraer a los carroñeros desde muy lejos", expresa Ziegler. "El hallazgo sugiere que estos tiburones han mantenido el mismo estilo de vida durante decenas de millones de años", añade.
Reconstrucción de la hipótesis en la que el Carcharocles angustidens murió y su cuerpo fue devorado por individuos del género Hexanchus |
Noticia sacada de National Geographic
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